VISITA A
ROSA TARAZONA
QUEBRADA
VERDE-PACHACAMAC
El domingo 18 de agosto
de 2013 subimos una delegación de la Canasta conformada por Pepelucho, Arafat,
Consuelo y Luna a Quebrada Verde en el valle de Pachacamac. Nos encontramos en
el puente Atocongo y después de esperar un largo rato a Pepelucho, nos embarcamos
en una “couster” rumbo a Lurín. Bajamos en el cruce a Pachacamac y ahí cogimos
una “combi”, cuyo destino final era Manchay, que en 15 minutos nos llevó a
Quebrada Verde.
Este rinconcito
ecológico acoge una de las maravillas naturales de Lima, el circuito turístico
de las Lomas de Lúcumo, que tiene unos cerros preciosos con formaciones rocosas
e historia arqueológica donde se encuentran incluso manifestaciones de pintura
rupestre. Ese día no alcanzaríamos a visitar las lomas porque no estaba en el propósito
de la salida, que era visitar la chacra de Rosa Tarazona y algunas de sus
compañeras de la Red Prausa, pero recomendamos volver como Canasta y compartir
una caminata por esos cerros verdes de Lima.
Llamamos a Rosita de la
plaza principal y nos recogió a los cinco minutos. Con el lindo paisaje nos
sentíamos revitalizados y como si estuviéramos a kilómetros y kilómetros y
kilómetros distantes de la Lima ruidosa y de cemento. Rosita nos recibió con un
gran abrazo y camino a su casa nos fue contando más de su Asociación.
La Red Prausa es una
asociación donde están campesinos de las zonas: el Guayabo, Picapiedra,
Curva Zapata, Puente Manchay y Quebrada Verde. En general, de la cuenca son
aproximadamente 100 socios y socias hábiles, la mayoría mujeres que llevan
varios años trabajando. Al comienzo se fortaleció porque varias ONGs venían con
apoyos en capacitaciones. Actualmente ya no tienen la misma cantidad de apoyo
por lo que algunas de sus compañeras se han distanciado de la
iniciativa. Sin embargo, en Quebrada Verde cinco mujeres siguen muy activas.
Al llegar a casa, nos
recibió también Fabricio, hijo de Rosa de 2 años de edad, quien a veces la
acompaña a la canasta. Inmediatamente hicieron muestra de su cortesía y
amabilidad, recibiéndonos con una rica chica morada con cebada caliente,
mientras seguía contándonos como se conformó Quebrada Verde.
Cuando ellos se
asentaron en el lugar, no había luz, ni agua, ni algún servicio. Fueron
construyendo su casa poco a poco al ritmo de los demás habitantes que iban
llegando. Hoy solo tienen agua potable un día a la semana, no alcantarillado,
pero si luz permanente y algunos otros servicios.
Nos contó lo importante
que ha sido para ella el ingreso de la canasta porque les motiva a continuar
trabajando, pero además ha sido una posibilidad que les permite ver otras
posibilidades y aunque es un ingreso pequeño mensual, a diferencia de la
bioferia les implica, proporcionalmente, menos inversión de tiempo y de dinero.
Su red trabaja en dos
bioferias, en La Molina y Miraflores, cada fin de semana, pero la presencia en
el puesto de venta lo rotan periódicamente entre los distintos productores para
que haya una participación de todos y todas. Es poco el ingreso finalmente y
tienen que trabajar en otras cosas para complementar los mismos.
Luego nos invitó cancha
y un delicioso cebiche de chochos, los cuales fueron cultivados por ella misma
en sus chacras de Ancash (es probable que nos ofrezca tarwi en alguna de las
próximas canastas). Comimos mucho, Papelucho más, conversábamos y jugábamos con
Fabricio también.
Cuando terminamos de
comer nos mostró su huerto familiar, en donde tenía aguaymanto, frambuesa,
diente de león y otras hierbas aromáticas. Así también su corral de pollos
(Consuelo se conmovió y lloró porque recordó el corral de pollos de su abuelita
en Huacho), su compostera y nos regalo dos plantas de aguaymanto (Pepelucho y
Luna las adoptaron).
Luego nos encaminamos a
la chacra comunitaria que trabaja con sus hermanas y su esposo, queda a unos 10
minutos caminando desde su casa y nos sorprendió gratamente la diversidad de lo
que cultiva, habían frutas como aguaymanto, fresa, frambuesa, níspero, palta
fuerte, palta negra; hierbas aromáticas como culantro, perejil, diente de león,
hinojo, manzanilla, yerbabuena y otras; verduras como caigua chilena, brócoli,
berenjena, pimiento, apio, poro, beterraga, ají, zanahoria, espinaca, acelga; y
otros alimentos más como maíz, caña, papa, kiwicha, en fin... tenía una gran
biodiversidad, en efecto, de todas las cosas que nos ha venido ofreciendo en la
canasta y más. Nos fue contando como ha sido el proceso de construir su huerta,
como siembran asociando cultivos para protegerse entre sí, cómo era el tema de
la pérdidas con las heladas, sobre las características de participación en las
bioferias, la competencia de otros productores más grandes con los pequeños,
etc.
Su hermana Carmen nos
compartió también su historia personal, ella tiene un hijo con padecimiento
físico "complicado" y divide su tiempo entre el hospital y la chacra
para intentar tener un ingreso adicional en la familia. Su esposo trabaja en la
construcción pero, a veces, el seguro no quiere cubrirle los medicamentos y
tratamiento que su hijo necesita.
El esposo de Rosa que
entre semana trabaja en construcción también y los fines de semana disfruta
trabajando en la huerta nos contó como para ellos es importante no fumigar, que
otros tienen otro frutos más grandes en sus cultivos, pero ellos tienen frutos
más sanos con el biol y el estiércol de los animales, preparan su compost
con el que alimentan su huerto y que se sienten motivados con
iniciativas como la Canasta que permite que ellos mantengan este trabajo.
Aprovechamos en ese
momento también para registrar parte del testimonio de Carmen y Rosa sobre la
Asociación Prausa. De ese material se ha editado un corto video que ya ha sido
publicado por Arafat. Proseguimos por el resto de la chacra, Arafat y Papelucho
aprovecharon para ayudar a cargar algunos bultos de compost.
Antes de salir, nos
compartieron una caña para cada uno, el cual usamos como bastón en el camino de
retorno. Nos compartieron también un ramillete delicioso de culantro, espinaca
y diente de león para llevarnos a casa. Y cerramos la visita con una foto con
Carmen, Rosa y su esposo.
Antes de retornar,
fuimos al pie de las Lomas de Lúcumo a despedirnos, a la que esperamos visitar
pronto y con tiempo para hacer todo el recorrido. Agradecidos así por la visita
que pudimos hacer a una de las habitantes de Quebrada Verde, a Rosa Tarazona,
una de las productoras que hace posible la Canasta Allin Mikuy Ayllu.
Quedamos muy contentos
de todo lo aprendido en esta salida, con muchas ganas y muy motivados a hacer
visitas a otros productores de nuestra Canasta, para aprender más de ellos, que
se sientan mas parte de la canasta, inspirarnos y ver a futuro de que
otras maneras podemos establecer otros lazos de cooperación mutua,
tejiendo más lazos solidarios con ellos desde nuestras posibilidades, ese es un
reto para nosotros y nosotras.
Pensemos si estamos
dispuestos a arriesgarnos a planear en el futuro jornadas solidarias de trabajo
en las chacras de estos productores que nos surten de alimento todo el año; si
podemos hacer alguna capacitación desde nuestros saberes para apoyar en su trabajo
organizativo y productivo; si es que podríamos llegar a hacer alguna actividad
para invertir en algo que ellos necesiten; compartir con ellos sembrando algo
que queramos consumir, compartiendo los riesgos, ganancias o pérdidas que eso
implique. Pensemos si a largo plazo nos interesa apoyar de esta manera más
decidida.
Así como nosotros le
ponemos rostro a lo que nos comemos, ellos también conocen los rostros de a
quienes alimentan y estrechamos una amistad campo ciudad, desde nuestra pequeña
iniciativa, una canasta comunitaria en la ciudad de Lima.
¡Gracias Rosita! por
recibirnos en tu casa, mostrarnos tu chacra, por contarnos de la experiencia de
tu asociación, por darnos este tiempo y creer en esta Canasta que está
comenzando a caminar de manera más decidida.